Cortés correspondió a las ofrendas y provisiones enviadas por Moctezuma con regalos; entre ellos, una silla de brazos ricamente adornada, una gorra carmesí, brazaletes de piedras azules, collares de cuentas de vidrio, una medalla de oro de San Jorge a caballo hiriendo a un dragón, y un yelmo dorado que –sin proponérselo Hernán– se parecía, según unos, a un casco de Quetzalcóatl o, según Bernal, a uno de Huitzilopochtli, por lo cual este objeto despertó un gran interés entre los enviados del Ello a muchos nos impulsa a seguir trabajando y rehacer a Veracruz que es uno de los estados del país con mayor riqueza. "La llegada de Hernán Cortés" (1929-1950) de Diego Rivera by Lucho Mórtola — 8257 "La llegada de Hernán Cortés" (1929-1950) de Diego Rivera by Lucho Mórtola — 8257 Bring your visual storytelling to the next level.

Start now. Velázquez habló con Cortés a fin de asociarse con él para realizar dicha expedición. Desde el Jueves Santo, unas grandes canoas se habían acercado a la expedición y sus tripulantes preguntaron por el jefe de los recién llegados. A pesar de los exhortos de Moctezuma II para que evitara llegar a Tenochtitlan, Cortés siguió su camino mientras forjaba nuevas alianzas con pueblos indígenas por donde pasaba, hasta llegar a contar con los hombres necesarios para derrotar al imperio mexica. Noten como el gran muralista pinta a un Hernán Cortés enfermo, con deformaciones en sus rodillas. El único personaje que voltea a ver al espectador es el niño mestizo de ojos verdes. Actualizado: 15-Marzo-2019. Sin embargo, en aquella época no existía una nación indígena en los territorios que hoy conforman México; había una multitud de etnias, lenguas, usos religiosos y culturales organizados en lo que se ha llamado Por medio de ella, Cortés se enteró del pueblo mexica, de su poderoso gobernante y de cómo este había ordenado que se les proveyera de todo lo necesario a los recién llegados y le informaran detalladamente de quiénes eran y qué querían.

D.R. Se le aprecia en el centro-izquierda, con una espada en la mano que armoniza con la cruz.

Llegada a Veracruz. El cronista Bernal Díaz del Castillo, quien conoció bien a la joven intérprete, dejó escrito: “Como doña Marina en todas las guerras de la Nueva España, Tlaxcala y México fue tan excelente mujer y buena lengua […] la traía siempre Cortés consigo y la doña Marina tenía mucho ser y mandaba absolutamente entre los indios en toda la Nueva España”. Los recién llegados estaban dirigidos por un hombre de unos 34 años, resuelto y audaz, con fama de “bullicioso, altivo, travieso”, diestro con las armas y con debilidad por los amoríos, cuyo nombre era Hernán (o Fernando o Hernando, según los documentos de la época) Cortés, quien había arribado a la isla de La Española (Santo Domingo) en 1504, año de la muerte de la reina Isabel la Católica. La llegada de Hernán Cortés a Veracruz Rivera pinta a Cortés sifilítico y demacrado: Hernán Cort é s está representado en dos lugares en el mural. Cuando Hernán Cortés arribó a tierras mexicanas atraído por la noticia de las espléndidas riquezas que aquí abundaban, encontró en la tiranía del Imperio Mexica y en el hastío de sus abrumados vasallos, un terreno fértil para satisfacer sus desmesuradas ambiciones de conquista. Abajo, Hernán Cortés comercia, recibiendo una bolsa con dinero de un terrateniente, que percibe a cambio esclavos, terrenos, … Lamentablemente, el papel de ella ha sido distorsionado al calificarla de “traidora” a su pueblo. Cabe señalar que, junto a la llegada de caballos a nuestro territorio, arribó esa imagen de San Jorge, un primer santo jinete que, junto con otros dos santos a caballo (Santiago y Martín de Tours), darían nombres a multitud de pueblos, villas, ciudades, ríos y lagos, creando así una geografía devocional que cubrió al Nuevo Mundo. Hernán se lastimó a consecuencia de la caída y sufrió de fiebre. En Cuba contrajo matrimonio con Catalina Xuárez o Suárez, aunque, según Gómara, “no la quería”.

“La llegada de Cortés a Veracruz” hermoso mural realizado por Rivera dentro de Palacio Nacional. A través de Marina, Cortés explicó a los enviados de Moctezuma que Carlos V, su rey, era el gobernante más poderoso que había sobre la Tierra y que quería compartir su religión con ellos, ya que era la verdadera. Allí fue esclava del jefe tabasqueño, quien se la regaló a Cortés junto con otras jóvenes.

El padre Bartolomé de Olmedo la bautizó con el nombre de Marina, pronunciado en náhuatl como Malina. Easy editing on desktops, tablets, and smartphones. A este sitio se le nombraría Villa Rica de la Vera Cruz, precisamente por haber desembarcado allí el Viernes Santo, día de la Verdadera Cruz; el paraje sería convertido años más tarde, en 1600, en el actual puerto de Veracruz.

Fue en esta ciudad donde Cortés comenzó a imponer el cristianismo, mandando a sus hombres que destruyesen el resto de iconos religiosos.Su conquista siguió por la costa hasta que se fue internando poco a poco en el país.A su pasó fundó varias ciudades.

Parece que procedía de un lugar cercano a Coatzacoalcos y era hija de un jefe local.

El Domingo de Pascua, 24 de abril, celebraron la misa los padres Bartolomé de Olmedo y Juan Díaz con la presencia de Cortés y sus hombres, y ante los azorados ojos de los nativos.

Ni tardo ni perezoso, Hernán inició los preparativos: enlistó a trescientos hombres, compró una carabela y un bergantín y los equipó con armas, artillería y provisiones; compró además seis caballos y ropa, y se granjeó la simpatía de muchos de los expedicionarios de Grijalva. El futuro conquistador salió de Cuba el 18 de noviembre de 1518 y en la isla de Trinidad compró otro navío, tres caballos y quinientas cargas de grano.

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